Escandinavia

martes, 25 de noviembre de 2008 a las 1:35
Tic, tac, tic, tac.
El incansable y sosegado girar de las manillas repiquetea sobre mis pensamientos mientras miro a oscuras hacia el techo. Estoy aquí, en mi cama tumbada, enterrada bajo un blando edredón nórdico que me aisla del frío. Lo que el resto de la gente no sabe, es que mi edredón también me aisla del mundo.
Todos los días deseo ese momento en que el Sol se esconde, en que la luz que ilumina las calles ya no es natural, sino artificial, para despertarme en otro lugar. Ese lugar que sólo conozco yo, bueno, y también mi peluche, al que me llevo a veces bajo del edredón (pero solamente si me lo pide educadamente, no sé cómo dejan a los niños solos con esa masa de algodón perversa y antipática, con razón están saliendo estas nuevas generaciones de niños tan rebeldes...).
Cuando me tapo con el edredón, por fuera nadie sospecharía nada, tan sólo me verían tapada hasta la coronilla y pensarían que me voy a ahogar. Pero en fin, esas no son unas sospechas preocupantes.
En cambio, bajo esos centímetros mágicos de tela, se esconde todo lo insospechable. El único mecanismo que utilizo es el de cerrar los ojos y desear con fuerza una situación. Me dejo llevar por la imaginación, y el edredón hace el resto, me teletransporta rápidamente (aunque, a veces, el ruido de mis vecinos de abajo que encienden la tele a altas horas de la madrugada le produce interferencias y le lleva más tiempo) a ese lugar y con esa compañía que tanto he deseado.
El tiempo no transcurre a la misma velocidad en ese mundo y en el nuestro. Allí he pasado días, incluso semanas, razón por la que a veces conozco vivencias que en una veintena de años reales no se pueden haber conocido todavía.
Sí, es querer vivir rápido, pero sacia las ganas y la impaciencia. Sí, claro que a veces me siento como si tuviera 60 años, como si cada vez me quedara menos que descubrir, y menos ganas de descubrirlo.
Pero no me he cansado aún de viajar bajo mi edredón, y pienso seguir haciéndolo hasta que mi corazón diga basta.

Estoy deseando empezar el viaje de hoy, mi favorito, al que dedicaría (y casi diría que ya de hecho, dedico) meses y meses...
Porque, la verdad, Escandinavia no parece tan fría bajo mi edredón, y contigo abrazándome... menos.

2 comentarios

  1. ella Says:

    Te invito a conocer mi nuevo blog, exclusivamente de sexo.

  2. Anónimo Says:

    q interesante todo :)!!
    pasate por el mio!

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