domingo, 17 de marzo de 2013
a las
0:01
| Publicado por
imperfecta
Una sonrisa visceral se apoderó de sus facciones. Había sonreído tan poco en los últimos días que, sin poder impedirlo, le dolían los músculos faciales. Y aún así no podía dejar de hacerlo: sonreía abiertamente. Su conciencia se debatía entre liberar su boca de la esclavitud de los sentimientos o dejarse llevar aunque fuera doloroso. En unos segundos, quedó liberada.
0 comentarios