nunca

sábado, 29 de diciembre de 2012 a las 0:58
sigo buscándome,
buscándote.
¿cuándo encontraré
una guarida?

insignificante
mirada perdida.

tacto delirante,
espalda mordida.
la luz encendida
es para los farsantes.

palabras sordas,
mirada oscura.
ayer eran manos,
hoy son calmantes.

dulce amargura:
los mejores amigos
son los amantes.

es decir: nunca.

pato

viernes, 28 de diciembre de 2012 a las 19:31
los recuerdos te atan.

en el limbo del azar,
pareces tocar tierra.

después caes,
y siempre te levantas
con la izquierda.

has estado en el aire,
sin tan siquiera
aprender a volar.

como un ave
que sabe hacerlas todas:
andar, nadar, planear.

sabe hacerlas todas,
¿pero bien?
bien...
ninguna de ellas sabe.

en el limbo no había azar,
solo mediocridad.
martes, 25 de diciembre de 2012 a las 23:39
Vuelvo a ser la reina de mi castillo.

El frío en el cuello,
pendientes heladas,
y una mirada de espanto
diluida en el llanto.
Darse con un canto
en los dientes
es preferible a
escuchar de sus labios
que mientes.

Nacimos por accidente,
la muerte
fue premeditada.
La sonrisa enterrada
y los dos dedos de frente.
Ser inteligente
es preferible
a vivir ilusionada.

Pero solo hasta que vuelva a tirar mi corona
por la ventana.

viernes, 14 de diciembre de 2012 a las 13:24
Y un día aprendes
que los piropos
no son para rebatir,
sonríe 
y entorna los ojos.
jueves, 13 de diciembre de 2012 a las 17:47
Las burbujas amargas
acariciaban su paladar,
su espalda,
con el mismo tacto
que una espada.

La que se clava
allí donde latía
un rojo corazón,
hoy de absurda arpía.

Es inexorable.
Se dio cuenta tarde,
en el minuto primero
de la hora más miserable.

Quieren amarte,
pero la maldita
tristeza
por cualquier resquicio
siempre te invade.

Qué hacer cuando los decorados
son reales?
miércoles, 5 de diciembre de 2012 a las 14:22
Las chicas del rocanrol
esperan en el backstage
hasta quedarse a solas.

Pero esta vez no era yo.

nieve

lunes, 3 de diciembre de 2012 a las 12:31
Dicen que hay momentos en los que se para el tiempo. Se para, pero no retrocede, aunque quizás sí te vuelves majara como Donnie Darko. Se paró el tiempo entre ayer y hoy. Sentada junto a la ventana, con el fuego de la vela titilando al mismo ritmo que las luces amarillas que se veían en medio de la oscuridad.

El frío blanco ha entrado esta madrugada a través de los cristales, pero no había niebla esta vez. Estaba todo muy claro. Incluso despojada de abrigos, llevo el calor dentro ya. No hace falta que me lo repitan: lo sé.

El tiempo se ha reanudado mientras sentía el inigualable placer de un copo de nieve derritiéndose en mis labios.

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