Velas

domingo, 4 de octubre de 2009 a las 0:52
Y ahora, ¿ahora qué?
Si todo aquello que antes la ilusionaba ha quedado desprovisto de significado. De emoción. Insípido.
Cada día se acuesta asustada ante la frivolidad con que ahora piensa en ellos. Un beso le produce indiferencia. El amor ya no se hace, tan sólo existe el polvo. Ese polvo que lo acaba cubriendo todo, como una manta que te arropa en invierno para darte calor.
Porque ha abierto los ojos, ha observado, después de tantos avisos, de tantos consejos, de tantos comentarios que ella consideró tonterías. Mejor dicho, no ha observado. No quiere observar.
No quiere volver a oir hablar de ello.
Olvidar...
Y pensar que tan sólo es un país escandinavo de esos que le gustaría visitar. Que algún día encontrará a alguien que la reciba con una flor y un abrazo. Alguien que le abrirá la puerta, llevándola por un camino iluminado por la tenue luz de las velas. La intimidad de Quique González. La dulzura del chocolate. La pasión en un par de copas. La eternidad de un sueño compartido en una noche ártica.
Le encantaría volver a ser una ingenua, de esas que piensan que todavía existen hombres así. Pero es imposible, una vez se pierde la inocencia no se recupera.
Igual que ya nunca podrá recuperar muchas cosas. A él. Ese tiempo que lo esperó con el corazón encogido. Esa emoción que la invadía cuando paseaban juntos en Londres. En Estocolmo. En Valencia. Por su casa. Por su piel.
Y, sobre todo, nunca podrá recuperar esos diminutos trocitos de su corazón, que de tanto pisarlos se han convertido en eso, en polvo.

Imperfectamente | Powered by Blogger | Entries (RSS) | Comments (RSS) | Designed by MB Web Design | XML Coded By Cahayabiru.com