Tejados

jueves, 18 de agosto de 2011 a las 16:16
Ya no son intentos, son hechos. Se acabó el intentar, se acabó tu nombre en cada pensamiento, en cada página, en cada conversación. Sólo quedan recuerdos y un vacío que no puedo llenar todavía, que se irá haciendo menos evidente con el tiempo. Lo he estado llenando con cosas que no se mantienen, alcohol, tabaco, amistades efímeras... Pero ninguna es equivalente.

Al principio dolía, dolía tanto como un tiro, aunque nunca me hayan dado uno. Duele tirar tu propia casa abajo, aunque nunca la hubieras llegado a construir. Duele viajar y ver esos tejaditos con ventana por la que entraría el sol por la mañana. Duele tener que corregirme cuando alguien me pregunta y digo inconscientemente lo que eras, y que ya no eres.

Pero todo vuelve a su cauce, y el vacío empieza a menguar. Y yo empiezo a crecer. Y todo queda atrás, o mejor dicho, tú quedas atrás, y todo vuelve a estar delante de mí. Como antes.

Esta será la última vez que me sirvas de inspiración, todo lo que ha salido de ella, desde hace mucho tiempo, era triste.

Y la inspiración que viene ahora... esa me hace sonreír. Por fin.

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