Quiero escribir tus noches en blanco con mi letra. Con la peor caligrafía posible, el carbón emborronado, como si te contara mis penas después de una noche de champán y sonrisas burbujeantes. Quiero dejarte mi huella de carmín en la copa, las cenizas esparcidas en la mesilla, mi ropa vistiendo tu silla. Y cuando se te cuele la luz por la ventana y acaricies tus sábanas, recuerdes que lo nuestro es más que palabras.
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