Escucho la lluvia caer fuera y me pregunto si tú también la escucharás. Si la hueles, y sientes que te cala en los huesos. Me duele en el alma imaginarte a cientos de kilómetros, solo, a oscuras, donde te dejé. Ahora, en un universo paralelo, nos acurrucaríamos bajo la manta en tu cama y escucharíamos juntos la misma lluvia, el mismo olor a tierra mojada. Pero no. Me fui, y conmigo me llevé nuestras sonrisas del principio, y tú te quedaste con mis malas caras y mis lágrimas del final. Aún así, me sigue doliendo el alma.
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