Tengo todo lo que quiero aquí. Ahí fuera se perdió lo superfluo, y lo importante lo llevo dentro. La brisa me saborea, el sol me llueve y yo canto a la sombra de un plátano frondoso y fuerte. El tiempo se enreda con mi voz y no llega a ningún sitio. Pero yo sé que hablo, y me oigo, aunque no veo mi piel arrugarse. No dará tiempo, aunque aquí no exista. Un día la realidad me arrancará de cuajo de mi espejismo. Y solo podré ver dunas teñidas de ocre en el ocaso de mi sonrisa indeleble.
Maravilloso, PURA POESÍA.