Últimamente llego al 31 de diciembre pensando "qué año tan raro", pero nunca concluyo que ha sido genial, o que ha sido una mierda. La vida no es eso, ni un camino de rosas ni una angustia constante. Estos 12 meses de 2016, a mí sobre todo me ha tocado decidir: lo que quiero y lo que no. Yo soy de las de crear oportunidades para que ocurran cosas, y tantas que han ocurrido. Me he divertido con todos mis planes y sueños; y si no han podido cumplirse aún, los dejo en reserva. Lo que tengo claro es que termino el año feliz, sonriente, estando donde quiero estar. Y ese también es un gran plan.